Comprar y ser dueños de una vivienda es el sueño de muchos, pero es un proceso largo y difícil que puede ser realmente agotador si es la primera vez o si no sabes que hacer. Por esta razón, para hacer más fácil tu proceso de compra te contaremos las cosas que debes evitar.
El primer factor es el económico, debes considerar un presupuesto límite para acceder a tu casa, sin embargo que una vivienda cueste más no significa que no sea asequible, podemos exceder el precio siempre y cuando veamos que la propiedad vale la pena, es una buena inversión y que podemos conseguir financiación por otro lado.
El segundo factor a considerar, es verificar todos los elementos de compra, es la inversión de toda una vida, por lo que debes proteger tu inversión tomando precauciones y evitando estafas de personas no certificadas o malas ofertas. Lo más recomendable es acudir con tu agente inmobiliario de confianza.
Considerando esto, podemos comenzar con algunos de los errores que debes evitar antes de cerrar un contrato.
1. Pensar Demasiado Las Cosas
No tiene nada de malo ser precavido y pensar un poco si la oferta es buena. Es importante analizar bien el mercado y tener paciencia,pero tampoco es recomendable esperar demasiado, a veces tenemos una oportunidad enfrente y no la tomamos por miedo o desconfianza.
Es normal tener dudas y pensárselo, pero no por ello debemos demorar una decisión. Recuerda, pensar las cosas está bien pero no demasiado.
2. No Ser Realista
Otro error común que se suele cometer es asumir gastos que no se puede permitir. Solo tu conoces realmente lo que puedes pagar, marca una cifra de presupuesto y deja un pequeño margen por si aparece una oferta o para gastos extras que pueden surgir. Debes tener claro que vas a poder hacer frente a la hipoteca y financiar la vivienda. Realiza todos los cálculos de tus ingresos, gastos y ahorros para saber hasta cuánto puedes acceder.
Marcar un umbral económico está bien, pero debes tener en cuenta que la compra de un inmueble no sólo está marcada por el precio sino por otros aspectos como la localización, estado de la vivienda y si es una vivienda nueva o de segunda mano.
El caso de una vivienda nueva es más fácil que una vivienda de segunda mano ya que no hay que contemplar gastos de reformas y obras. Recuerda, marca un tope y no te muevas del presupuesto inicial.
3. No Saber Cómo Funciona Una Hipoteca
El aspecto económico es lo más importante a la hora de adquirir un inmueble. Sin dinero no podremos pagarlo. Y lo mismo pasa con la hipoteca. Se piensa que el gasto de una hipoteca funciona de forma que el banco financia todo y luego resulta que muchas entidades sólo te financian hasta el 80 % de la hipoteca o incluso algo menos.
Lo recomendable antes de buscar un inmueble, es hacer un análisis sobre nuestro potencial económico. Lo primero a realizar es acudir a tu banco de preferencia y hacer un estudio para ver si aprobarían una hipoteca. Si consigues que el banco financie la compra de un inmueble lo siguiente es compararlo con otras entidades e informarte de todos los detalles de la hipoteca, sobre todo en los gastos adicionales que puedan surgir.
La regla del 30%
La regla del 30% se trata de calcular que el monto mensual que le vas a pagar al banco por el crédito hipotecario y evitar que supere el 30% de tus ingresos disponibles.
¿Fácil? Pues no lo es. El error es pensar que ese 30% se refiere al 30% de tu salario mensual. En realidad el 30% debe calcularse sobre el dinero disponible en tu bolsillo, después de pagar otros gastos, como educación de los hijos o un crédito de vehículo, etc.
Recién cuando descuentas estos pagos, puedes calcular que el pago mensual de la hipoteca no supere el 30% de tu presupuesto. Hay que ser realistas sobre la capacidad de pago que tenemos.
4. Pago Inicial Demasiado Bajo
Para el que compra por primera vez, lo más difícil es juntar dinero para el pago inicial, el enganche o la entrada. La idea es dar la entrada más alta posible, para que la deuda con el banco sea la menor posible.
Pero en la realidad, como es difícil juntar un cuarto o un tercio del valor de la vivienda, los bancos ofrecen muchas alternativas que no son recomendables, por tasas más elevadas. Suena muy bien porque puedes ser propietario sin tener ningún ahorro. Pero puede ser un error, según los expertos, porque terminas pagando intereses estratosféricos que a largo plazo te pueden poner contra la espada y la pared.
5. Gastar Todo El Dinero En La Casa
Está bien que ahorremos y dediquemos tiempo y dinero en el arreglo de nuestra propiedad. Pero debemos tener en cuenta que debemos dejar cierto capital para amoblarla, para gastos e imprevistos y es que el dinero se gasta fácil y más en una casa. Recuerda guardar un tanto por ciento de los ahorros para los imprevistos. Nunca se sabe lo que puede pasar. El escenario perfecto es no endeudarse por encima del 30 % de los ingresos que tengas.
No incluir los costos de la transacción en el crédito
El comprador también asume algunos costos de la transacción y el establecimiento de la hipoteca, estos suelen ser gastos notariales, impuestos, etc. Recuerda restar estos costos del depósito inicial que tienes disponible.
Suele ocurrir que muchas personas no los consideran y cuando llega el momento de cerrar el trato, aparecen sorpresivamente. Entonces los bancos te ofrecen una nueva solución: incluir esos costos en el crédito hipotecario. Los expertos recomiendan evitarlo porque se convertirán en intereses a 15 o 30 años.
6. Dejarte Influenciar
Este error lo comete mucha gente que piensa que nunca es el mejor momento para comprar. Que si sube el IVA, que si la casa está en mal sitio y no le gusta a un familiar, que si el mercado esta elevado, que si no es un buen momento, todo estas son excusas que a veces nos ponemos y de esta forma nunca compraremos un inmueble.
Lo primero es tener las ideas claras y no dejarte llevar por la opinión de los demás ni por aspectos externos como los movimientos del mercado. Tienes que tomar una decisión y actuar, para ello debes conocer los precios y moverte en el mercado, explora precios o asesórate con el agente inmobiliario de confianza.
Sólo conociendo a lo que te enfrentas vas a poder tomar una decisión realista. No te pares por las influencias externas. Una vez tomes la decisión de comprar no dudes y es que piensa que una casa no se compra todos los días. Recuerda dudar está bien, pero que decidan por tí no.
7. Dejarse Llevar Por La Primera Impresión
Tanto si somos vendedores como compradores lo primero que debemos evitar es ser impacientes. Está bien ser precavido pero sin pasarse. Esto es válido tanto al ver inmuebles y decidir si visitarlos como en el proceso de compra. Está bien conocer casas y visitarlas, pero no te dejes llevar por la primera impresión.
Puede ocurrir que la propiedad que estamos viendo tenga desperfectos que no sabemos, que encontremos otro que nos guste más o sencillamente no nos conviene. No te dejes llevar por la primera impresión. La compra de una casa es para toda la vida, por lo que conviene detenerse un momento a analizar. Nuestra recomendación es que veas el inmueble, y si te gusta esperes, si te sigue gustando pasado unos días, entonces sabrás que es para ti. Recuerda la calma es nuestro mejor aliado.
8. Lo Barato Sale Caro
A veces por ahorrar el pago o el asesoramiento de una agencia inmobiliaria o agente del comprador podemos acabar cometiendo un error y pagar de más. Y es que no está de más pedir ayuda aunque sea pagando para asegurarnos de que la oferta que tenemos delante nuestra es correcta y buena. No permitas que rompan tus sueños.
Piensa que un agente inmobiliario conoce el mercado como la palma de su mano, el sabrá si un inmueble vale la pena, si una oferta es buena o incluso podrá asesorarte sobre cómo hacer una contraoferta. Se trata de un profesional que nos ahorrará tiempo y dinero y que merece la pena pagar para evitar dolores de cabeza.
Además, piensa que la ayuda puede ser de varios tipos, no tiene porque ser una comisión de compra puede ser un asesoramiento parcial, una sesión para preguntarle todo tipo de dudas o lo que haga falta. Los profesionales inmobiliarios se adaptan a los servicios y necesidades de cada cliente por lo que es una buena idea y un error no acudir a ellos.